29 noviembre 2005

Y llegó el videoarte... (I)


Es curioso que tras años de analfabetismo artístico en Alcoy surjan propuestas como la de VAIA '05 que abarroten el diminuto teatro de la Casa de la Cultura. Todo ello sin tener en cuenta la cantidad nada despreciable de jóvenes que se quedaron en la puerta sin poder entrar.
La edición de este año se lo merecía. Durante una tarde entera, los que nos preocupamos en cierta medida de las nuevas tendencias artísticas (sin llegar a ser eruditos en la materia) en este apartado rincón del mundo -léase Alcoy- dominado por los intereses turísticos salvajes -y nada más-, estuvimos disfrutando de este pase de trabajos. A los nada despreciables proyectos de los valencianos y agrupaciones alcoyanas que pariciparon se les unieron los de otros prestigiosos creadores internacionales como Pleix o Floria Sigismondi.
La cantidad de recursos técnicos y monetarios empleados para los trabajos se notó en exceso, pero los que no tenían el dinero suficiente emplearon sus neuronas e imaginación para realizar videoarte original y con contenido.
Este evento tuvo lugar el pasado 12 de noviembre en Alcoy (Alicante) e incluyó un extenso pase de música electrónica experimental por la noche. Para los que deseen consultar el programa de artistas participantes pueden dirigirse a esta página:
FOTO: Juan Sanz.

27 noviembre 2005

Literatura carcelaria


"La novela actual es una novela carcelaria. Narra el fin de la experiencia.Y cuando no hay experiencias el relato avanza hacia la perfección paranoica".
Apenas un par de líneas para guiar la lector, no para resumir su obra. No se puede definir este relato experimental del argentino Ricardo Piglia plagado de giros, guiños y anécdotas entrelazadas con un perfeccionismo compulsivo. Hasta la forma en la que ha plasmado sus ideas es imposible de explicar porque lo contiene todo: la autobiografía, el diario personal, la novela histórica, el relato policial, la reflexión literaria.
Introducirse en 'Prisión perpetua' es ir adentrándose en el panóptico de Foucault, atravesar las rejas que encasillan la literatura actual. Para ello, exige una implicación directa y pausada del lector para que cree en su mente uno de los tantos significados que se pueden extraer en este texto. El azar, la muerte, el aislamiento, la obsesión, el trabajo, la inmolación del escritor son sólo algunos de los temas que se extraen del libro. También sentencias nacidas de la mente del escritor argentino que con sólo repetirlas un par de veces se convierten en realidad. "La luz laboriosa de su cuarto, que permanecía encendida toda la noche, servía de faro a los barcos que cruzaban el río". Este es el ideal de escritor que todo lector compulsivo tiene en su mente. El anhelo de disfrutar de un texto bien escrito, de poder saborearlo, de releerlo hasta destrozar sus endebles páginas. Hacer que el esfuerzo del literato por trasladar sus pensamientossirva para algo más que para destrozarse a sí mismo.

'Prisión perpetua'
Ricardo Piglia. 1975.
Ed. Lengua de Trapo.
Col. Nueva Biblioteca.
155 páginas.

26 noviembre 2005

Jesucristo pecador



'Evangelio según Jesucristo'
José Saramago.
No es otra interpretación más de las ya desgastadas páginas de la Biblia. De hecho, lo que menos importa es su rigor histórico. ¿Es posible concebir un Jesucristo, un ‘Hijo de Dios’, verdaderamente humano? ¿Pueden tener cabida los pecados mundanos en el alma pura que se le supone? José Saramago da una vuelta de 180 grados a la religión cristiana para acercarla a los lectores y dejar atrás, de una vez por todas, el espíritu apocalíptico que siempre ha rodeado a los cultos cristianos. En algo más de quinientas páginas, el mejor novelista portugués contemporáneo, Premio Nobel de Literatura del año 1998, resume, comenta y deja un amplio espacio para que el símbolo de la iglesia Cristiana exponga sus temores y debilidades algo más de dos milenios después de su nacimiento. “Nunca es tarde cuando la dicha es buena”, dicen. Y esta es la mejor oportunidad para que hable, aunque deba ser a través de la imaginación de un escritor. ‘Evangelio según Jesucristo’ deja claro un hecho: si Saramago hubiese publicado esta novela en la Edad Media, la hoguera habría sido su final.

01 noviembre 2005

Robots humanizados


Como una premonición cumplida, como una patada en toda la frente se nos presenta el universo de ‘Un mundo feliz’ de Aldous Huxley en la primera lectura. Un golpe que, sin embargo, deja un sabor dulce en el paladar y un atisbo de miedo en nuestra mente. ¿Cómo es posible que un escritor de principios del siglo XX, cuando la ciencia todavía comenzaba a desarrollarse tras años de estancamiento, pudo escribir esa novela tan real y terriblemente cierta en nuestra época?

Empezando por una clonación selectiva de los humanos, creando razas superiores e inferiores, ese temor que ahora planea sobre el ámbito de la investigación y del que ya han surgido rumores de diversas sectas de este planeta, Huxley ya nos introduce en un paisaje sombrío. Todo controlado y manipulado, resultado de un desarrollo sin límites de las investigaciones genéticas y técnicas. Humanos (máquinas) bajo el poder del soma, una droga infalible para someter y anular a las personas.

En esta novela de ciencia-ficción, el primer modelo de Ford T cambió la religión y adaptó las costumbres sociales para automatizar y controlar las mentes de millones de personas con actos que ahora nos parecen sacrilegios (como no saber quién fue Shakespeare), formateando y homogeneizando la cultura (en ello estamos). En definitiva, un paso más en los sistemas orgánicos de las teorías sociológicas y comunicativas que vienen apuntando nuestros pensadores contemporáneos: que la sociedad funcione como un todo orgánico. Sí, pero al servicio de un progreso que en este relato no equivale a un mayor bienestar.


Sin embargo, tampoco Huxley escapa de los parámetros novelísticos con ese personaje aislado que intenta adaptarse a su entorno pero que no puede. El “salvaje”, dicen, sólo porque no tiene las mismas costumbres que ellos. ¿No recuerda eso a otro fenómeno social tan presente en la actualidad: la inmigración? Este libro da extensas razones para luchar por una integración que sí es posible. Culturas diferentes es equivalente a diversidad. Huxley realiza un llamamiento al respeto y conocimiento de otras formas de vivir antes de opinar prematuramente. Ser salvaje es lo mismo que ser humano. La civilización nos lleva a la destrucción humana, a la suplantación de las personalidades, a la espiral del silencio que empuja a ocultar nuestra propia opinión para no “rebajarnos” ante nuestro interlocutor. ¿Esto es lo que realmente queremos? Cierto que no, pero sin lucha (ya decían los agoreros) acabaremos como los desgraciados personajes de ‘Un mundo feliz’.

UN MUNDO FELIZ
Aldous Huxley.

1969.
300 páginas.