L’Ham de Foc no defraudó. Presentó ante su público un concierto redondo que si no llegó a la perfección fue por la indisposición que sufrió su cantante, Mara Aranda, y que no le permitió finalizar la actuación prevista. Los siete músicos que forman parte de la agrupación terminaron solos el concierto ante un patio del Palau Comtal eufórico y satisfecho por haber aprovechado la oportunidad de ver en directo al ganador del Premi de la Música al Millor Grup en Valencià, otorgado por Ràdio Televisió Valenciana.
El grupo de música medieval mediterránea, oriental y occidental, presentó un repertorio que mezclaba temas instrumentales con otras canciones pertenecientes a los tres discos editados por el grupo. Todo ello acompañado por los bailes, la voz y las letras de Mara Aranda. El patio del Palau Comtal se convirtió de nuevo en un reducto medieval para acoger los sonidos de los más de veinte instrumentos musicales que son capaces de interpretar sus ocho componentes.
Cuando los asistentes al concierto –que permanecían incluso de pie al fondo del patio ante la numerosa acogida que tuvo la actuación– ya habían comenzado a integrarse en las historias de época (pero universales) de L’Ham de Foc, la cantante necesitó hacer una pausa por “una indisposición” que finalmente no le permitió terminar el concierto. Esto es lo que manifestó en directo uno de los músicos, Efrén López. Sin embargo, ante la insistencia del público, decidieron continuar con la actuación, esta vez sólo con canciones instrumentales y ‘solos’ de cada uno de los instrumentos de los que disponían en el escenario.
Para animar el ambiente tenso que se había producido tras el anuncio de que Aranda no iba a volver a aparecer sobre las tablas del escenario, los músicos propusieron, entre bromas, que algún “voluntario” hiciera “karaoke” y cantara las letras de las canciones que se convirtieron sólo en instrumentales durante la noche del miércoles. Nadie se lanzó, pero el ánimo del público y de los músicos se recuperó después de este inesperado bache: los músicos demostraron su capacidad para improvisar y su amplia experiencia en la música medieval.
Tímidos, los siete músicos recibieron los aplausos finales y emocionados de un público entregado que, por desgracia, se quedó con ganas de más, a pesar de que la agrupación interpretó los temas que, como ‘A l’aire’ y ‘El que vull’, les han otorgado el respeto que merecen.
Fotografías cedidas por la Universidad de Alicante.
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