07 noviembre 2006

24 horas de lectura

Me encuentro en plena etapa de lecturas compulsivas. Parezco la protagonista del libro 'Detrás del hielo', que tiene un libro para según qué estado de ánimo y según que momento del día.
- 'Lecturas compulsivas', de Félix de Azúa. Un conjunto de críticas literarias y breves ensayos que son muy útiles para orientar la lectura y disfrute de algunos libros. Hay de todo, pero es bastante original y "profundo".
- 'Poesía completa', de Arthur Rimbaud. Otro de los autores "desgraciados" que tanto me gusta. Aunque me quedaría sólo con las 'Iluminaciones". Por cierto, preciosa la edición bilingüe que me regalaron, aunque no sepa francés...
- 'Dublineses', de James Joyce. Estoy "entrenando" para enfrentarme a su 'Ulises' (el maldito Ricardo Piglia hace que te entren ganas de leer esa novela que, por otra parte, iene toda la pinta de ser un peñazo).
- 'Memorias del subsuelo', Fiódor M. Dostoievski. Una breve novela para releer hasta el infinito.
- 'Experimentos con la verdad', de Paul Auster. Un hueco en la mesita de noche para el nuevo Premio Príncipe de Asturias de Literatura.
No, no voy a poner más. Lo que me interesaría es que, si alguien lee este olvidado blog, que añadiera sugerencias y comentarios sobre sus lecturas actuales (creo que necesito ampliar mi biblioteca, jajajaj).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, pues aquí van mis sugerencias. Son textos que o no has leído o merece la pena que vuelvas a leer.

1. Retrato de un artista adolescente, de James Joyce.

El escritor, en mi opinión, más realista de cuantos haya leído decide ponerse a representar y para ello se deshace de toda la cacharrería del realismo y va al grano. Leer este libro es leerle el alma a alguien. Va bien si quieres conocer a otra persona. En ese sentido es como el chat, pero con la cabeza en los pies.

2. La señora Dalloway, de Virginia Woolf.

Aquí dentro hay un buen montón de personas pululando. Además, se trata del alegato contra el falogocentrismo más bestia y sensato al mismo tiempo que he podido encontrar. Woolf sabe que debe escribir historias para hacer literatura, y eso no lo subordina nunca a nada. Eso no quiere decir que en una novela no quepa mucho, muchísimo más…

3. Bestiario, de Julio Cortázar.

Cada relato parece estar combatiendo al psicoanálisisy en esto Cortázar no es nada inocentecon un ataque demoledor, muy seguro de sus fuerzas. Literatura concentrada, estilo trabajado, lenguaje trabado, denso; en todas sus páginas pesa, y mucho, el misterio.

4. El silencio de las sirenas, de Franz Kafka.

Kafka es especialista en la creación de bucles literarios. He aquí uno. He pasado horas y horas leyéndolo, una y otra vez, y siempre, al llegar al último punto, había encontrado varios matices distintos que le daban la vuelta otras tantas veces. Lo que ocurre con Kafka es que nunca puedes apropiarte del todo de sus textos. Cuando crees que lo estás consiguiendo, hay una fraseque suele ser genialcontra la que tu interpretación personal choca y se deshace. El silencio de las sirenas es suyo y ya. Quiero decir suyo de sí mismo.
Me niego a dar una opinión más sesuda sobre este texto porque todavíay va para largome lo estoy leyendo.

Pa que luego te quejes de que no te dejo comentarios. Mira éste que largo que me ha salido.