24 febrero 2006

Guglieri, expresionista y minucioso


Que la pintura (así como la escultura, la música, la literatura y la misma imaginación) necesita tiempo, espacio y voluntad no es nuevo para nadie. Esta observación es, sin embargo, uno de los puntos clave para acercarse a las pinturas de Guglieri: líneas curvas, interconectadas y laberínticas que dificultan al ojo humano la sencilla tarea de mirar.

La muerte (simbolizada por las calaveras) regresa en forma de una pintura con apariencia sencilla, pero que esconde más de lo que se piensa. Recuerda en algunos momentos a la voluntad crítica e impulsiva de la egipcia Ghada Amer (especialista en realizar bordados con un transforndo de liberación sexual de la mujer dentro del más extremista mundo islámico). Guglieri no trata el sexo en la etapa que ahora se nos presenta a través de un nuevo blog, sino el horror de la muerte y la agresividad en todas sus vertientes. Del color a los claroscuros, de las muecas de las caras deformadas a la nitidez de sus calaveras. Todo ello encaminado a crear la confusión, la desesperación y el agotamiento de aquél que se acerca a sus obras.

Un cansancio, sin duda, recomendable.
Un ejercicio de análisis y de ejecución neuronal muy interesante.

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