11 marzo 2006

La larga sombra del 'Cosmopolitan'

Miedo da observar de dónde proceden las citas de recomendación y alabanza que aparecen en las portadas de este libro: las revistas ‘Glamour’ y ‘Cosmopolitan’. Repito, miedo, pues no se caracterizan precisamente por su nivel intelectual. Las dos se han unido para resaltar la historia de “amor agridulce” que narra la joven escritora Cecilia Ahern (que ya tiene en su haber tres novelas a pesar de no haber cumplido los treinta años). Y, ¿por qué ese interés? Por su extraña semejanza con una serie televisiva americana titulada ‘Dawson crece’ que supuso un antes y un después en las producciones para adolescentes más o menos inteligentes.

La típica historia de amigos de la infancia que acaban enamorándose perdidamente el uno del otro pero que el destino y sus diferencias personales les separan de forma irremediable. ¿A que resulta un argumento conocido? La novedad aquí se presenta en el formato de la escritura, más adaptada para regresar a los seriales que tan famosos se hicieron con el nacimiento de los periódicos y que ahora podrían volver a nacer de la mano de la tecnología. De las notas escritas en clase entre estos dos amigos al e-mail. Y del e-mail, como es lógico, al chat. No, no son las extensas cartas o los inmensos diarios que se han hecho famosos a base de ingenio, son apenas tres líneas por mensaje que descolocan y facilitan que el lector pierda el hilo de la narración con una facilidad extrema. Es cierto, la historia resulta “agridulce” (como se empeña en resaltar ‘Cosmopolitan’, que parece no tener un vocabulario al lado y que puede repetir “sexy” y “guay” hasta la extenuación), pero ese sabor lo da el texto, no la vida de los personajes. Desde aquí hago un llamamiento a Ahern para reconocer que los e-mails pueden ser más largos y que un libro no es un ordenador. Todavía.
'DONDE TERMINA EL ARCO IRIS'
Cecelia Ahern
Editorial Vergara
2005

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